Extracto de hoja de té verde: propiedades y riesgos para la salud

El té verde es un icono de la salud. Muchas personas piensan inmediatamente en el té verde cuando se les pregunta qué bebida deben tomar para su salud. Sin duda, puede considerarse un alimento funcional que incluimos en nuestra dieta no sólo para complacer a nuestros sentidos, sino también por su valor saludable superior a la media. También son muy populares los suplementos dietéticos con extractos de esta planta, que permiten beneficiarse fácilmente de las ventajas del té verde de forma concentrada, aunque no nos guste su aroma o no queramos preparar infusiones diarias de té seco.
En este artículo, exploraremos la composición del té verde y sus posibles beneficios para la salud, desde su impacto en el peso corporal hasta sus efectos anticancerígenos. Lea hasta el final!
- El extracto de té verde y sus beneficios
- Diferentes tipos de extractos de té verde
- Té negro frente a té verde: la diferencia
- El EGCG como mayor activo del té verde
- Otros componentes del té verde
- Beneficios para la salud de la suplementación con té verde
- Riesgos potenciales y dosis recomendada de extracto de té verde
- Sinergia con otros ingredientes de suplementos dietéticos
- Resumen
El extracto de té verde y sus beneficios
Los beneficios para la salud del té verde se atribuyen principalmente a su contenido en polifenoles, sobre todo flavanoles y flavonoles, que representan hasta el 30% del peso seco de las hojas frescas[1]. Muchos de los efectos beneficiosos del té verde se atribuyen específicamente a la catequina más abundante: (-)-epigalocatequina-3-galato (EGCG).
En estudios clínicos, los investigadores han analizado, entre otros, dichos efectos del té verde[1][2]:
- prevención del cáncer
- prevención de enfermedades cardiovasculares,
- disminución de la presión arterial,
- efectos antiinflamatorios,
- reducción del azúcar en sangre,
- antiartrítico,
- antimicrobiano,
- antiangiogénico,
- antioxidante,
- antiviral,
- neuroprotector,
- reductor del colesterol.
El primer té verde se exportó de la India a Japón en el siglo XVII. Se calcula que cada año se producen en el mundo unos 2,5 millones de toneladas de hojas de té, de las cuales el 20% se produce como té verde. Se consume principalmente en Asia, partes del norte de África, Estados Unidos y Europa[1].
Desde principios del siglo XIX hasta la actualidad, se han aislado más de 500 componentes químicos del té, incluidos más de 400 compuestos orgánicos y más de 40 compuestos inorgánicos[2].
Diferentes tipos de extractos de té verde
El té verde es rico en sustancias activas, lo que también queda patente en la variedad de extractos. Se pueden estandarizar en distintos principios activos, y algunos ejemplos son:
- 98% de polifenoles, 70% de catequinas y 50% de EGCG
- 98% de L-teanina
- 40% de catequinas y 8% de cafeína
La primera variante (o casi) es la materia prima más utilizada en los suplementos. Si desea beneficiarse de las propiedades saludables atribuidas al té verde, ésta debería ser la mejor elección. Este tipo de suplementos a veces también tienen una declaración de que el extracto es cafeína purificada. Esto es una ventaja para las personas que la evitan.
La segunda opción es la L-teanina prácticamente pura extraída de las hojas de té verde. En este caso, espere beneficios específicos de la L-teanina, sin los efectos observados con el consumo de EGCG o infusiones de té verde. Por tanto, se tratará principalmente de calmantes, reducción del estrés y la posibilidad de un efecto nootrópico.
El tercero es relativamente raro. Es un extracto menos concentrado y tiene menos catequinas, pero tampoco se le ha quitado la cafeína. Por lo tanto, es una opción para aquellos que también quieren disfrutar de un efecto ligeramente energizante.
Té negro frente a té verde: la diferencia
Para muchos es una sorpresa, pero en ambos casos se trata de la Camellia sinensis. Es exactamente la misma planta. Sin embargo, la diferencia radica en el proceso de producción. Para hacer té negro, las hojas tienen que fermentar después de la cosecha. Para que el té sea verde, los cultivadores protegen las hojas del proceso de fermentación. Esto implica exponer las hojas al vapor, que degrada las enzimas responsables de descomponer los pigmentos de color de las hojas y permite que el té conserve su color verde durante los procesos posteriores de enrollado y secado. Esto también garantiza que la mayoría de los polifenoles no se metabolicen en otros compuestos y permanezcan en su forma original.
Aunque se trata de las mismas hojas en ambos casos, el proceso de producción cambia mucho. El té verde no sólo tiene un color y un aroma diferentes, sino que también es muy distinto en cuanto a su composición química. De todos los tés, es el té verde el que se ha observado que tiene un mayor impacto en la salud humana.
El EGCG como mayor activo del té verde
Las hojas de té verde son muy abundantes en polifenoles, que representan un impresionante 30% de su peso en seco. La mayoría son catequinas (flavonoles). Entre ellas, distinguimos cinco sustancias
- catequina
- epicatequina
- epigalocatequina,
- epicatequina-3-galato,
- galato de epigalocatequina o EGCG.
Fuente gráfica - doi:10.3390/molecules27123909
De este grupo, el EGCG se considera la sustancia con mayor actividad farmacológica y ha recibido el mayor interés científico. También es la que está presente en mayor cantidad, ya que la EGCG representa más del 50% de todas las catequinas presentes en las hojas de Camellia sinensis.
Las catequinas son responsables de la gran mayoría de los beneficios atribuidos al té verde, siendo los demás componentes de importancia más complementaria.
La EGCG actúa como un potente antioxidante que previene el daño oxidativo en las células sanas, pero también como agente antiangiogénico y antitumoral y como modulador de la respuesta de las células cancerosas a la quimioterapia[3]. Muchas de las propiedades quimiopreventivas del té verde son inducidas indirectamente precisamente por el galato de epigalocatequina.
Una taza media de infusión de té verde contiene aproximadamente 50 mg de EGCG. Estas dosis ya son beneficiosas, pero en la suplementación, las dosis estándar utilizadas son ligeramente superiores.
Otros componentes del té verde
La composición química del té verde es compleja. Además de catequinas, las hojas de té verde contienen[1][2]:
- proteínas (15-20% del peso seco), incluidas las enzimas;
- aminoácidos (1-4% del peso seco), como teanina o 5-N-etilglutamina, ácido glutámico, triptófano, glicina, serina, ácido aspártico, tirosina, valina, leucina, treonina, arginina y lisina;
- hidratos de carbono (5-7% del peso seco) como celulosa, pectina, glucosa, fructosa y sacarosa;
- minerales y oligoelementos (5% del peso seco) como calcio, magnesio, cromo, manganeso, hierro, cobre, zinc, molibdeno, selenio, sodio, fósforo, cobalto, estroncio, níquel, potasio, flúor y aluminio;
- Trazas de lípidos (ácido linoleico y α-linolénico),
- esteroles (estigmasterol),
- vitaminas (B, C, E),
- bases de xantina (cafeína, teofilina),
- pigmentos (clorofila, carotenoides),
- compuestos volátiles (aldehídos, alcoholes, ésteres, lactonas, hidrocarburos),
- flavonoides (glucósidos de quercetina y miricetina),
- antocianinas (malvidina, cianidina, delfinidina, pelargonidina, petunidina),
- ácidos fenólicos (gálico, clorogénico, café, p-cumárico, elágico, quínico).
Beneficios para la salud de la suplementación con té verde
A continuación se presenta un resumen de las propiedades más importantes del té verde para la salud, junto con datos de la literatura científica.
Efectos antioxidantes
Ya en 1997 se informó de que el extracto de té verde y sus tres componentes principales, incluidos los polifenoles del té, la teanina y la cafeína, tienen la capacidad de inhibir eficazmente la peroxidación lipídica catalizada por el cobre[2]. La protección contra los radicales libres es una tarea clave que desempeña el té verde en el organismo.
La reducción eficaz de los radicales libres es el mayor superpoder del té verde. En su gran potencial antioxidante influye sobre todo su alto contenido en catequinas. La capacidad de los compuestos antioxidantes del té verde para combatir los radicales libres se ha clasificado como[2]:
EGCG > ECG > EGC > EC
Por tanto, se confirma que el galato de epigalocatequina es la más eficaz de las catequinas del té.
El mecanismo de acción antioxidante implica un aumento de la capacidad de eliminación de ROS mediante el aumento de la actividad de enzimas antioxidantes como:
- superóxido dismutasa (SOD),
- catalasa (CAT),
- glutatión peroxidasa (GSH-Px),
- glutatión reductasa (GSH-Rd).
Efectos sobre el sistema nervioso y el estado de ánimo
El té verde es rico en polifenoles, y los polifenoles penetran fácilmente en el cerebro. Como resultado, tenemos muchos informes sobre elpotencial neuroprotector de las infusiones y extractos de té verde. Muchos estudios experimentales han observado efectos beneficiosos en un modelo de la enfermedad de Alzheimer, entre ellos que el extracto de té verde inhibe selectivamente la acetilcolinesterasa. También se ha observado un efecto beneficioso del EGCG en la protección del cerebro contra el desarrollo de la enfermedad de Parkinson en un modelo animal[2].
A menudo, los suplementos para mejorar la energía o el estado de ánimo tienen extractos de té verde en su composición. Aunque en el té verde son principalmente la cafeína y la teanina las que se han relacionado con efectos sobre el estado de ánimo y las capacidades cognitivas, también hay indicios aislados de propiedades beneficiosas en el caso del EGCG. En un estudio, una dosis única de 300 mg de EGCG ya produjo una mayor sensación de calma y reducción del estrés a las dos horas de su consumo[4]. En otro estudio, una ingesta de 800 mg de EGCG al día durante 8 semanas produjo una mejora general del estado de ánimo y una menor sensación de tensión[4]. Lo más probable es que estos efectos se deban, al menos en parte, a la afinidad del EGCG con los receptores GABA, nuestro principal neurotransmisor calmante.
Efectos anticancerígenos
El aspecto anticancerígeno ha sido objeto de numerosos estudios sobre el té verde. Los mecanismos más importantes identificados por los investigadores son[2]
- inhibición de la migración e invasión de las células cancerosas
- inducción de la apoptosis
- inhibición de la angiogénesis de las células tumorales;
- inhibición de la proliferación de células cancerosas.
Los estudios in vitro han demostrado que el EGCG bloquea la carcinogénesis al afectar a múltiples vías de transducción de señales[3]. El EGCG estimula la fragmentación de los telómeros al inhibir la actividad de la telomerasa[3]. Diversos estudios clínicos han demostrado que la ingesta de EGCG inhibe la aparición y la multiplicidad de cánceres en diversos órganos, como el hígado, el estómago, la piel, el pulmón, las glándulas mamarias y el colon.
Efectos sobre el sistema cardiovascular
En las conclusiones de los estudios se suele señalar una mejora del perfil lipídico, una disminución de la presión arterial y una reducción de la mortalidad cardiovascular global. Podría incluso afirmarse que el efecto sobre el corazón y los vasos sanguíneos es uno de los beneficios más importantes del té verde.
Los efectos del té verde sobre la salud cardiovascular están bien resumidos en un metaanálisis de 2016[5]. Nueve estudios fueron elegibles, con un total de 259267 personas. Los resultados mostraron que las personas que no bebían té verde tenían un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, hemorragia intracerebral e infarto cerebral en comparación con los que bebían <1 taza de té verde al día. Por lo tanto, puede verse que ya pequeñas cantidades de té verde marcan la diferencia. Sin embargo, cantidades mayores produjeron mejores resultados. Las personas que bebían de 1 a 3 tazas de té verde al día presentaban un menor riesgo de infarto de miocardio e ictus en comparación con las que bebían <1 taza al día.
En 2022 se publicó otro metaanálisis interesante[6]. En él se demostró que la suplementación con té verde se asociaba a una mejora pequeña pero significativa del perfil lipídico, ya que reducía el colesterol total y el LDL y aumentaba el HDL. Además, se observó un efecto significativamente beneficioso sobre los triglicéridos con la suplementación a largo plazo. El té verde también mostró un efecto beneficioso sobre el perfil glucémico al reducir la glucosa en ayunas y la HbA1c, pero sin cambios en la insulina en ayunas ni en el HOMA-IR. También se observó una disminución pequeña pero significativa de la presión arterial diastólica.
Aunque no se conoce con exactitud el mecanismo de acción del té verde para reducir el colesterol, se han propuesto como posibles mecanismos el aumento de la termogénesis, el incremento de la expresión génica de las enzimas implicadas en la producción de ácidos biliares y la supresión del apetito[6].
Por lo tanto, si su objetivo es la prevención de enfermedades cardiovasculares, beber té verde con regularidad o utilizar extractos de sus hojas sería una gran idea. Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo, por lo que sin duda merece la pena hacer lo posible para reducir el riesgo.
Efecto sobre el peso corporal
Existe la percepción popular de que el té verde es una buena opción cuando el objetivo es perder peso. ¿Es realmente así?
Hay que decir que las pruebas de los efectos adelgazantes del té verde son dispares. En las bases de datos científicas, se puede encontrar tanto información positiva como informes de efectos pobres.
Por ejemplo, se observaron grandes efectos en un estudio de 12 semanas sobre mujeres con obesidad. Durante este tiempo, tomaron 856,8 mg de EGCG de té verde al día. En los resultados, se observó una pérdida de peso significativa con una mejora del lipidograma. Los autores sugieren que esto se debió al efecto del té verde en la reducción de la secreción de grelina y el aumento de la adiponectina[7]. Aunque en este estudio no se observaron efectos adversos, cabe destacar que la dosis de EGCG utilizada superaba las recomendaciones actuales y, en algunos casos, puede afectar negativamente a la salud.
Es razonable suponer que cuando la única medida que tomamos es la suplementación con extracto de té verde en las dosis moderadas recomendadas, la pérdida de peso no será drástica. Existe incluso un dicho humorístico que afirma que el té verde es mejor para perder peso si uno mismo lo recoge de la ladera de una montaña antes de consumirlo.
Sin embargo, los extractos de té verde se utilizan como ingredientes en quemadores de grasa complejos y esto es lo más lógico. Existen muchos indicios en la literatura científica sobre los beneficios de la suplementación con té verde en términos de glucemia, apoyo a la termogénesis postprandial e inhibición de la lipogénesis[1].
Riesgos potenciales y dosis recomendada de extracto de té verde
Es importante recordar que "natural" no significa completamente seguro. Este es el caso de muchas plantas, y el té verde no es una excepción.
Los expertos advierten que no se debe superar una ingesta de 800 mg de EGCG al día. Aunque cantidades moderadas de catequinas del té verde son muy saludables para nosotros, un exceso de EGCG puede ser citotóxico e incluso inducir una citotoxicidad aguda en las células hepáticas. Además, un estudio realizado en hámsters demostró que un mayor consumo de té verde puede causar daños oxidativos en el ADN del páncreas y el hígado.
La selección de té verde de fuentes poco fiables y la contaminación por aluminio pueden ser el origen de algunos de los problemas. Esto es algo a lo que las personas con enfermedad renal deben prestar especial atención.
Cuidado también con las interacciones con ciertos metales. Las catequinas del té verde disminuyen la biodisponibilidad de los iones de hierro y zinc[1]. Si está tomando suplementos con estos minerales y desea incluir la suplementación con té verde, asegúrese de tomar el intervalo adecuado entre los suplementos. No tome suplementos de té verde alrededor de comidas que contengan hierro y zinc si no quiere perjudicar su absorción.
Sinergia con otros ingredientes de suplementos dietéticos
Para aprovechar al máximo el potencial de los suplementos, lo mejor es combinarlos de la forma adecuada para que funcionen bien juntos y aporten beneficios mucho mayores que cada uno por separado. En el caso de los extractos de té verde, hay varias sinergias a tener en cuenta.
Té verde + otros antioxidantes
A menudo, los extractos de té verde se combinan con antioxidantes como la quercetina, el OPC de semilla de uva o el trans-resveratrol. En muchos casos, potencian mutuamente sus efectos en determinados aspectos o se complementan y añaden nuevas propiedades. Estas combinaciones de diferentes antioxidantes/polifenoles se utilizan sobre todo para combatir el envejecimiento o para el apoyo cardiovascular.
EGCG + 5-HTP o L-DOPA
El 5-HTP y la L-DOPA son precursores de la producción de serotonina y dopamina, respectivamente. Ambos son de origen natural: El 5-HTP se extrae de las semillas de la judía negra africana(Griffonia simplicifolia) y la L-DOPA de la judía escabiosa(Mucuna pruriens). En suplementación, se utilizan principalmente para mejorar el bienestar.
El galato de epigalocatequina y la epigalocatequina se consideran inhibidores de la enzima DOPA descarboxilasa[8]. ¿Qué significa esto? La DOPA descarboxilasa (DDC) es la enzima que convierte la L-DOPA en dopamina y el 5-HTP en serotonina. Al inhibirla con catequinas, se reduce la conversión en dopamina y serotonina en los tejidos periféricos. Esto permite que la L-DOPA y el 5-HTP lleguen al cerebro en mayores cantidades y se conviertan allí en neurotransmisores diana. Esto es importante porque la dopamina y la serotonina producidas en la sangre periférica no pueden llegar al cerebro y no afectarán al estado de ánimo. Para tener el efecto adecuado, estos neurotransmisores deben producirse directamente en el cerebro.
EGCG + hierbas termogénicas
Los extractos de té verde con un alto contenido en EGCG se combinan a menudo con extractos de jengibre, pimienta negra o pimienta de cayena, entre otros, como parte de suplementos con múltiples ingredientes diseñados para favorecer la quema de grasas. Hay muchos informes en la literatura que indican que el EGCG aumenta la termogénesis postprandial y potencia las propiedades termogénicas de, por ejemplo, la cafeína.
Resumen
En cuanto al hecho de que el té verde es saludable, a nadie le cabe la menor duda. Basta con beberlo regularmente o incluir suplementos para cosechar sus beneficios. Los potentes antioxidantes de las hojas de té verde tienen un claro impacto en la salud en general, con mayor énfasis en el sistema cardiovascular, la prevención del cáncer y la salud metabólica. ¿Vale la pena consumir té verde? Pues sí. Sin embargo, conviene recordar que consumirlo en exceso no es saludable. Las dosis diarias de EGCG deben ser moderadas, preferiblemente inferiores a 800 mg.
Fuentes:

Citrato de creatina: efectos y aplicación
