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Carencia de zinc: ¿cuáles son los síntomas?

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19 Jun 2024
Publicado por: Łukasz Szostko Leer más: 485 Comentarios: 0

La carencia de zinc es un problema para unos dos mil millones de personas en todo el mundo. En los países en desarrollo, es una de las principales causas del aumento de la carga de morbilidad. En los países desarrollados, en cambio, la situación no es mucho mejor, y el riesgo de carencia de zinc sigue siendo muy elevado. La carencia produce síntomas que afectan a muchos sistemas corporales diferentes. Es útil saber cuáles son las causas y consecuencias de la carencia de zinc, para estar en condiciones de detectarla e introducir la intervención adecuada. Leer hasta el final

Síntomas de la carencia de zinc

Los estados carenciales de zinc afectan clínicamente a muchos sistemas y órganos:

  • epidermis,
  • tracto gastrointestinal,
  • sistema nervioso central,
  • sistema inmunitario,
  • esquelético,
  • reproductivo.

Una de las características clínicas mejor estudiadas asociadas a la carencia de zinc es la alteración del crecimiento y el desarrollo físico. Sin embargo, no se conocen bien los mecanismos implicados. El efecto es más significativo durante los periodos de crecimiento rápido, como el embarazo, la infancia y la pubertad, durante los cuales la demanda de zinc es mayor.

Los síntomas de la carencia de zinc son

  • Inmunidad debilitada e infecciones recurrentes,
  • deterioro de la función cognitiva y la memoria,
  • problemas de comportamiento,
  • dificultades de aprendizaje,
  • diarrea,
  • problemas cutáneos,
  • alopecia,
  • intolerancia a la glucosa,
  • inflamación de la lengua,
  • distrofia ungueal,
  • problemas de cicatrización,
  • hipogonadismo en los hombres.

Carencia de zinc: ¿cómo diagnosticarla?

El diagnóstico clínico de la carencia leve de zinc en humanos es problemático. Hasta ahora, los mejores indicadores conocidos de deficiencia son la concentración de zinc en plasma/suero, la ingesta dietética y la incidencia de enanismo.

Sin embargo, no se recomienda realizar pruebas de detección de zinc en sangre. Primero deben evaluarse los síntomas clínicos que concuerden con la deficiencia, y la prueba de concentración en sangre debe ser un parámetro para completar el cuadro.

Causas de la carencia de zinc

Una ingesta demasiado baja en relación con las necesidades es la causa más común de la carencia de zinc. Los pacientes con malnutrición, alcoholismo, enfermedad inflamatoria intestinal y síndromes de malabsorción corren un mayor riesgo de padecer carencia de zinc.

A continuación se enumeran las causas más frecuentes de carencia de zinc:

  • dietas restringidas en proteínas
  • dietas vegetarianas,
  • anorexia nerviosa,
  • nutrición parenteral exclusiva,
  • enfermedades gastrointestinales crónicas,
  • anquilostomiasis y síndromes de malabsorción,
  • insuficiencia pancreática,
  • insuficiencia renal crónica o tumores malignos,
  • alimentación de lactantes con leche modificada con bajo contenido en zinc,
  • situación socioeconómica precaria,
  • malnutrición proteico-calórica,
  • dermatitis enteropática (Acrodermatitis enteropática).

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¿Es frecuente la carencia de zinc?

La carencia es especialmente frecuente en las poblaciones de los países en desarrollo, donde hasta ¼ de ellas pueden tener el problema. La carencia se observa con mayor frecuencia en las sociedades pobres y subdesarrolladas, donde hay una baja ingesta de alimentos que son fuentes de zinc y una alta ingesta de alimentos que contienen sustancias que disminuyen su biodisponibilidad. Este es el caso de una dieta basada principalmente en cereales. Los mayores problemas se observan en los países africanos y asiáticos.

A nivel mundial, la carencia de zinc es un problema para alrededor del 17-20% de la población. También es un problema importante en los países occidentales.

La carencia puede remediarse con una combinación de dieta adecuada y suplementos.

Cuando se detecta una carencia de zinc, la suplementación suele aplicarse de inmediato para recuperar rápidamente la homeostasis. Para que la suplementación sea eficaz, hay que procurar que la ingestión de una cápsula o comprimido no vaya acompañada de una comida rica en ácido fítico o fibra, o de otros suplementos que interactúen con el zinc. Lo mejor es tomarlo con el estómago vacío y esperar un tiempo con una comida.

En la primera fase, a veces se utilizan dosis diarias de 1 mg de zinc por kilogramo de peso corporal o más. Tras recuperarse de una carencia profunda, a veces se utiliza una dosis estándar de mantenimiento de 10-15 mg de zinc elemental al día.

Precaución de no excederse

Al descubrir una carencia de zinc en uno mismo, hay que tener cuidado de no abordar la suplementación con demasiado entusiasmo. La suplementación con una dosis demasiado alta o durante demasiado tiempo puede provocar la acumulación de zinc en el organismo, y esta situación es tóxica. Si se aumentan las dosis para corregir rápidamente una carencia, habrá que vigilar los síntomas y decidir a su debido tiempo si se reduce la dosis o se interrumpe el suplemento.

El exceso de zinc suele deberse a una suplementación excesiva sin las indicaciones adecuadas o a una deficiencia de cobre. Es difícil causar toxicidad por zinc sólo con la dieta.

Resumen

La combinación de los amplios efectos de la carencia de zinc y su elevada prevalencia en todo el mundo hace que no podamos ignorar la cuestión del aporte dietético de este elemento. La carencia de zinc es un problema real que puede afectar a cualquiera de nosotros. Merece la pena tener en cuenta qué síntomas provoca la carencia de zinc para que, en caso de complicaciones de salud, podamos evaluar si la culpable es una homeostasis del zinc alterada. Los síntomas más característicos de la carencia de zinc son la disminución del apetito y la alteración de la sensibilidad gustativa, el debilitamiento de la inmunidad, el deterioro de la piel y el empeoramiento del estado de ánimo.

Fuentes: